Sólo falta que el tiempo acompañe.

Miles de jarreros y visitantes se preparan para participar en las próximas horas en la singular Batalla del Vino que regresa a las campas de San Felices, una vez que se ha arreglado el paraje tras los destrozos que sufrió con la voladura de la roca que corría peligro de derrumbe.

Tras una larga noche, a las siete y media de la mañana las dianas recorrerán la ciudad y a las ocho, oficialmente, los romeros partirán hacia los Riscos de Bilibio. El Ayuntamiento de Haro ha contratado siete autobuses que desplazarán a los guerrilleros hasta el camino de acceso a San Felices.

Para las ocho menos cuarto de la mañana está anunciada la misa en la ermita del patrón de Haro y, seguidamente, la singular contienda en la que no hay vencedores ni vencedidos. A las doce del mediodía regresarán los romeros a la ciudad para dar las típicas vueltas a la plaza de la Paz y marchar en pasacalles hasta la Plaza de Toros.

Los actos de esta última jornada festiva se completan por la tarde con un espectáculo infantil, verbenas de tarde y noche, varios toros de fuego y un espectáculo fin de fiestas.