Los “Picaos” de San Vicente de la Sonsierra centran los actos de la Semana Santa en La Rioja
Los disciplinantes se han flagelado jueves y viernes.
Como siempre, los picaos van ataviados de blanco y con la cabeza tapada. Se trata del rito que se cumple desde “tiempos inmemoriales”. Cada uno tiene sus motivos personales y para poder participar han de presentar un certificado de su párroco en caso de ser de fuera de la localidad. Además los penitentes han de ser varones de más de 18 años.
Según explica el portavoz de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Javier Fernández, el número de golpes que se auto infligen los penitentes depende de la experiencia y del aguante de cada uno de ellos. La madeja pesa un kilo y tiene una longitud de aproximadamente un metro. Con la misma se flagelan hasta quedar su espalda llena de moratones.
Una vez se lleva a cabo el ritual, los disciplinantes son picados en la espalda con la esponja. Se trata de una bola de cera que pincha en doce puntos, uno por cada apóstol, y que hace que la sangre brote para que no se produzcan infecciones. Posteriormente se les sanan las heridas con agua de romero. El alcalde de la localidad recuerda que nos encontramos ante una Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Las mujeres pueden acompañar a los `Picaos´. Se trata de las particulares `Marías´. Con esta tradición San Vicente de la Sonsierra se convierte en el punto de referencia de la Semana Santa riojana.