El Seprona investiga a un vecino de La Rioja por la utilización de cebos envenenados en el medio natural
La investigación comenzó al constatarse la muerte por la ingesta de “Aldicarb” de un jabalí, dos perros, una jineta y un gato. En una de las fincas que cultiva el presunto autor de los hechos se localizaron e intervinieron un total de 10 cebos envenenados fabricados con trozos de carne de conejo. Durante las actuaciones agentes del Seprona y Forestales de La Rioja inspeccionaron los términos municipales de Anguiano, Matute y Tobía
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil Guardia Civil en La Rioja, han investigado a un varón de 63 años, natural y vecino de esta Comunidad Autónoma, por su presunta implicación en un delito relativo a la protección de la flora y de la fauna.
En una de las fincas que cultiva el investigado los agentes localizaron e intervinieron un total de 10 cebos envenenados a base de trozos de carne de conejo o liebre, así como fauna muerta a consecuencia del veneno. Para su localización se contó con «Tiétar» un perro entrenado exclusivamente para localizar los diferentes tipos de sustancias tóxicas que se suelen utilizar en la confección de “cebos envenenados”.
El veneno hallado denominado «Aldicarb» es altamente peligroso y se ha convertido en una de las mayores amenazas para la biodiversidad, especialmente para las especies en peligro de extinción. Este tóxico provoca el envenenamiento en una primera fase de todos los animales que ingieren el cebo, que al morir se convierten en alimento para otras especies, que pasan el efecto de la intoxicación a la cadena trófica en una segunda fase y sucesivas. Su letalidad es tal que 5 gramos pueden causar la muerte a más de 1.000 zorros, 11.000 milanos y 50.000 cernícalos.
Inicio de las actuaciones
A finales de noviembre de 2017 la Guardia Civil constata la muerte de dos perros de caza tras haber ingerido algún tipo de veneno. Este hecho motiva que Agentes del Seprona y Agentes Forestales del Gobierno de La Rioja, procedan a rastrear la zona en la que se movieron los animales fallecidos pertenecientes a los términos municipales de Anguiano, Matute y Tobía. Durante estas inspecciones se localizan los cadáveres de otras especies (garduñas, jineta, gatos domésticos y musarañas), además del cebo envenenado que les pudo causar la muerte, un conejo abierto en canal con veneno su interior.
El análisis toxicológico realizado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de Ciudad Real (laboratorio concertado por la Consejería de Medio Ambiente de La Rioja), determina que la muerte de los animales se debió a la ingesta del tóxico Aldicarb, un producto con una alta peligrosidad para la fauna que lo ingiere, por lo que agentes del Seprona solicitan la colaboración de la Unidad Canina del Servicio Cinológico de la Guardia Civil en Madrid, que cuenta con perros entrenados para la localización de cebos envenenados
Una vez que el Seprona y Forestales de La Rioja finalizan el rastreo más de 100.000 m2 de terreno perteneciente a los términos municipales de Anguiano, Matute y Tobía, y constatan que no hay rastro del plaguicida Aldicarb, las actuaciones se centran sobre un varón residente en Logroño, que cultiva una finca en el término municipal de Anguiano y que posee antecedentes por el uso de cebos envenenados en el medio natural.
La inspección realizada en la citada finca con la ayuda del perro de la Guardia Civil «Tiétar», ha servido para localizar e intervenir un total de 10 cebos envenenados, fabricados con trozos de carne de conejo a los que se les añadió el tóxico Aldicarb, cuya venta está prohibida en toda la Unión Europea desde 2007.
La investigación determina que el presunto autor de estos hechos ocultó los cebos envenenados entre la vegetación de su finca y en los lugares de paso a la misma, con la intención de causar el envenenamiento a la fauna silvestre y doméstica que transita por su parcela, y proteger de esta forma sus cultivos de coles y maíz.
La utilización de cebos envenenados está recogido como «delito» en el Código Penal (Delito Contra la Flora y la Fauna); que establece penas que pueden llegar a dos años de prisión.