Alba: “El Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad compatibiliza la máxima seguridad sanitaria con la recuperación del bienestar social y económico”
A partir del plan, la Consejería de Salud trabajará en una desescalada adaptada a las particularidades de los diferentes grupos de población, tipos de actividades que se pretenden reactivar e intensidad de la crisis sanitaria en los territorios. Un panel de indicadores integral único ayudará a la gradación de la intensidad y velocidad del desconfinamiento, incluyendo parámetros de salud pública, movilidad, dimensión social y actividad económica, para avanzar en cuatro fases hacia la nueva normalidad. En esta nueva etapa, el Mando Único Sociosanitario da paso al Equipo de Seguimiento de la Actividad en Residencias.
La consejera de Salud, Sara Alba, ha informado de los detalles del Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad, aprobado por el Gobierno de España. “El plan permitirá compatibilizar la máxima seguridad sanitaria con la recuperación del bienestar social y económico”, ha aseverado. El plan propone “una desescalada gradual, asimétrica, coordinada y adaptable a los cambios de orientación necesarios en función de la evolución de los datos epidemiológicos y del impacto de las medidas adoptadas”.
Alba se ha referido a “la nueva etapa, al nuevo escenario, a los nuevos retos, que tenemos que abordar con la misma unidad, misma responsabilidad y misma confianza”. La consejera ha asegurado que el objetivo del Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad es que “manteniendo como referencia la protección de la Salud Pública, se recupere paulatinamente la vida cotidiana y la actividad económica. Y lo vamos a hacer minimizando el riesgo que representa la epidemia para la salud de la población y evitando que las capacidades del Sistema Riojano de Salud se puedan desbordar”.
La consejera ha afirmado que “las medidas restrictivas de carácter general se irán sustituyendo progresivamente por otras de carácter específico que contribuyan a una vuelta gradual, lo más segura posible, a la actividad social y económica, y a una nueva normalidad”. Para ello, ha agregado, “a partir de este plan trabajaremos una desescalada adaptada a las particularidades de los diferentes grupos de población, tipos de actividades que se pretenden reactivar e intensidad de la crisis sanitaria en los territorios”.
El plan propone “un panel de indicadores integral único que ayudará a la gradación de la intensidad y velocidad del desconfinamiento, incluyendo parámetros fundamentales para la toma de decisiones”, ha afirmado Enrique Ramalle, director general de Salud Pública, Consumo y Cuidados.
Los parámetros, según ha detallado Ramalle, serán de salud pública, a partir de las capacidades estratégicas del Sistema de Salud Público y la evolución epidemiológica; de movilidad, tanto dentro del país -entre municipios y provincias- como internacional, que estará muy vinculado a un posible aumento del riesgo de contagio; de dimensión social, respecto al impacto de la enfermedad, el confinamiento y la desescalada en los colectivos sociales más vulnerables, en particular los mayores, y de actividad económica, a partir de la evaluación de la situación por sectores, en especial aquellos con más capacidad de arrastre y los más duramente afectados por las crisis.
Ramalle ha subrayado que “la movilidad es uno de los aspectos más complejos de la desescalada, por su relación directa con la probabilidad de contagio. El impacto del aumento de la actividad social y económica en la movilidad debe de ser sometido a un seguimiento constante y riguroso”.
Las fases se articulan del siguiente modo:
- Fase 0 o de preparación de la desescalada
Es la situación a fecha de hoy, caracterizada por el establecimiento de medidas de alivio comunes para todo el país una vez doblegada la curva de contagios, permitiendo la movilidad fuera del domicilio, fundamentalmente en el ámbito privado, y medidas con un riesgo asociado de contagio muy bajo o nulo, siempre que se cumplan las indicaciones de seguridad, en base a la responsabilidad y autoprotección de los ciudadanos (actividad deportiva individual sin contacto y paseos, atención de huertos familiares, algunas actividades económicas con control de aforo, etc.).
Durante esta fase se podrán adoptar medidas que afecten exclusivamente a determinados territorios.
- Fase I o inicial
En función del cumplimiento de los indicadores del panel de indicadores en los diferentes territorios, se permitirá la apertura parcial de actividades, en particular, actividades económicas como pudieran ser la apertura del pequeño comercio con cita previa o servicio en mostrador, restaurantes y cafeterías con entrega para llevar, actividades en el ámbito agrario, actividades deportivas profesionales, alojamientos turísticos sin utilización de zonas comunes y con restricciones, entre otras actividades.
- Fase II o intermedia
En esta fase se plantea la apertura parcial de actividades que se mantienen restringidas en la fase I, con limitaciones de aforo, como restaurantes con servicio de mesa y terrazas, zonas comunes de alojamientos turísticos, grandes superficies comerciales, etc.
- Fase III o avanzada
En esta fase se prevé la apertura de todas las actividades, pero siempre manteniendo las medidas oportunas de seguridad y distancia. Entre las medidas a contemplar en esta fase, la apertura del comercio minorista que no hubiera abierto con anterioridad, con limitación de aforo, bares y discotecas con aforo muy limitado, museos y espectáculos culturales, también con asistencia limitada, etc.
- Nueva normalidad
Terminan las restricciones sociales y económicas, pero se mantiene la vigilancia epidemiológica, la capacidad reforzada del sistema sanitario y la autoprotección de la ciudadanía.
Equipo de Seguimiento de la Actividad en Residencias
Alba ha indicado que “el inicio de la desescalada se acompasa en el tiempo con el cumplimiento de los objetivos iniciales del Mando Único Sociosanitario. Por ello, el mando único da paso ahora al Equipo de Seguimiento de la Actividad en Residencias”.
Desde su constitución el 6 de abril, el mando único ha coordinado la organización y gestión de los centros; la asistencia sanitaria; el equipamiento de materiales y la desinfección y sectorización de los centros. “Una vez asentada y consolidada la situación, en paralelo se ha finalizado la primera oleada de pruebas test y PCRs a residentes y trabajadores. Por ello, iniciamos una nueva etapa”, ha enfatizado Alba.
El Equipo de Seguimiento de la Actividad en Residencias, activo desde hoy mismo, estará encabezado por Santiago Urizarna, de la Consejería de Servicios Sociales; Jorge Mínguez, de la Consejería de Salud; Daniel Carrillo, de la Oficina de Presidencia; y un representante por determinar de la Delegación del Gobierno.
En este nuevo contexto, la Unidad Militar de Emergencias (UME) inicia su repliegue y da paso a distintas unidades que se determinarán en el seno del trabajo de equipo de seguimiento. “Nuestro sincero agradecimiento al trabajo realizado por los hombres y mujeres de la UME. Han asumido una tarea compleja, siempre resuelta con máxima eficacia y eficiencia”, ha enfatizado la consejera de Salud.