El `corredor solidario´ se plantea como reto completar el recorrido desde el monte San Lorenzo hasta Logroño para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer infantil
Rubén Zabala, el Corredor Solidario, realizará su nuevo gran reto, con el que pretende recaudar fondos para la lucha contra el cáncer infantil. La acción solidaria pretende sensibilizar sobre esta enfermedad que afecta a más de 1.500 niños al año en toda España, así como difundir el trabajo de FARO, cuyo objetivo sigue siendo el mejorar la calidad de vida de los niños con cáncer, promoviendo la protección y el cuidado de ellos y de sus familias en las distintas fases de la enfermedad.
Este compromiso personal de Rubén y de todo su equipo de colaboradores en su tercera convocatoria, será el próximo día 12 de septiembre. El recorrido previsto: desde el monte de San Lorenzo hasta Logroño. La distancia: 89 km y 6465 metros de desnivel acumulados. La llegada: tendrá lugar aproximadamente a las 19:00 de la tarde a las instalaciones de Pradoviejo cedidas por Logroño Deporte para esta siempre tan especial ocasión; estará amenizada y presenciada por familias de FARO, colaboradores, corredores solidarios y todo el público que quiera participar en este acontecimiento.
El Corredor Solidario ha contado para esta gran aventura, y durante todo su trabajo de sensibilización y difusión, con el apoyo de su equipo y del Ayuntamiento de Villamediana que acogió la presentación de su nueva camiseta, con nuevo diseño y cuya venta va destinada íntegramente a la asociación. Este acto solidario está enmarcado en el mes dedicado, tanto en Europa como en EEUU, a la sensibilización del cáncer infantil. «Con nuestra campaña #QueNoSeCuelen queremos reivindicar la existencia de un protocolo estándar de seguimiento para los supervivientes de cáncer infantil. Entre el 70 y el 90% de los supervivientes tendrá alguna secuela debido a su enfermedad o tratamiento, lo que empeorará su calidad de vida. Con esta propuesta, #QueNoSeCuelen, pretendemos sensibilizar y visibilizar sobre todo lo que vive un superviviente cuando deja de tener la enfermedad. Es un proceso que socialmente se entiende como una celebración, pero la realidad es que quedan muchas incógnitas en el aire que aún desconocemos por la falta de investigación».
FARO trabaja desde hace veinte años para mejorar la calidad de vida de los niños y de sus familias «porque, cuando un niño enferma de cáncer, él y su familia deben hacer frente a una grave dolencia, pero también a una serie de problemas sociales que se derivan de este diagnóstico. No solo los aspectos médicos son prioritarios para dar respuesta a una situación tan compleja y específica como es el cáncer infantil. Es necesaria una atención integral que contemple otros aspectos: información, atención psicológica y social».