PÍLDORAS JARRERAS. `El Balneario de San Agustín de Haro´
Haro, villa grande y rica, cabeza del partido del mismo nombre (De Govantes, A C. Diccionario geográfico histórico de España. Madrid, 1846; página 82). Esta población ha sido y es uno de los grandes núcleos urbanos de La Rioja. Sin dejar a un lado su papel dominante en la actividad vitivinícola, no sólo de la región sino de todo el País, otro elemento sobre el que no se ha prestado demasiada importancia es el de sus recursos hídricos. Tal como cita Pascual Madoz (Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España (Logroño, 1985; página 104) “abundantes fuentes de aguas de buena calidad, especialmente sobre la orilla derecha del río Tiron, distinguiéndose como las principales las denominadas de San Agustín, la del Ojo, de la Salud, la del Moro y otras”. Probablemente a nivel histórico la que reunió mayor importancia fue la que se refería a la “fuente de San Agustín”, a cuyas aguas se atribuían propiedades diuréticas. En un periodo concreto de la historia de Haro constituyó un “activo” más de la población, llegando hasta el hecho de funcionar como balneario. Estas aguas de San Agustín de Haro y que fueron usadas para baños terapéuticos, se encontraban al suroeste de la villa de Haro, en una huerta que había pertenecido a los religiosos de San Agustín, donde unos empresarios, los señores Landaluce y Francés, establecieron una fábrica de jabón. En aquella fecha, las actividades industriales requerían mucha cantidad de agua, así que se perforó un pozo de unos 23 pies de profundidad y se encontraron con unas aguas amarillentas y de olor pútrido. Resulta interesante conocer el hecho de la construcción, en 1841, de un teatro en las cercanías de este convento o solar que fue de San Agustín. Tenemos numerosas noticias sobre este “balneario de San Agustín”: En 1876, el farmacéutico de Haro, Don Juan Baltanás, realizó un análisis de las aguas y afirmó que correspondían a aguas sulfurosas con gran cantidad de ácido sulfhídrico. También enviaron agua para confirmar el análisis al farmacéutico del Santo Hospital Civil de Bilbao Sr. Saturnino de Monasterio, quien confirmó el resultado.
PROPIEDADES TERAPÉUTICAS DE LAS AGUAS DE SAN AGUSTÍN |
Clasificación: Aguas sulfuro-azoado-bicarbonatado alcalinas.
Alto interés médico. Temperatura constante: 13 grados centígrados. Fuerte olor hepático. Acción fisiológica estimulante, parecida a la del café. Usadas en baño predisponen a la diaforesis, aumentan la secreción urinaria y se percibe una suntuosidad jabonosa en la piel. Se recomiendan – al igual que las de Panticosa – en la diátesis escrofulosa, tuberculosa y herpética, en caquexias, litiasis o mal de piedra, gastritis crónica y reumatismo crónico. |
Un nuevo análisis fue realizado en el Laboratorio químico, propiedad de Constantino Sáenz Montoya y Luis María Utor (ingenieros industriales, catedráticos y farmacéuticos). Y al año siguiente se publicaba este trabajo analítico firmado por Eladio Acha, un farmacéutico que formaba parte del Tercer Cuartel para la atención de la epidemia de cólera de 1865 en Haro.
Por último, en 1882 se realizó un informe del caudal y el estado de las aguas del balneario de San Agustín por orden de la Dirección General de Sanidad, a cargo del ingeniero jefe Pedro Fernández Soba y el médico director Marco Antonio Díaz de cerio que motivó la clausura del establecimiento de baños (Martínez Reguera, 1892: 727).
Durante su vida activa fueron directores del balneario Don José Chacel y Ferrero (1878) y Don Marco Antonio Díaz de Cerio (1882), doctor en Medicina y que había ocupado varias plazas de médico director de baños.
Julio Martínez Flórez y Gregorio Martínez.
Y donde están ahora esas aguas