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Perdonen que aproveche el tema para hacer unas pequeñas reflexiones.
Especialmente después del bochorno anual de la batalla del vino, que regala al mundo entero nuestra peor imagen, pese a que muchos insistan en que “forma parte de nuestro acervo”. Batalla cuyo origen es manoseado de forma burda, buceando en el pasado con frenesí, en busca de una primera versión, en el neolítico a ser posible; pretendiendo hacer bandera de lo cutre, por pura pereza que da profundizar en otros temas, que con mucho menos esfuerzo y ruido darían otra imagen de nuestro pueblo y atraerían turismo. El pueblo sestea al suave calorcillo de los chorros de vino y los caracoles, al son de “si te ha pillado la cabra….” sin pedir más, con la satisfacción de haber cumplido un año más tan gloriosa tradición. El asunto se remata con las vueltas (de nuevo, lo cutre mitificado), donde destacados miembros de nuestra corporación, inauguran su mandato, una vez más, regalando al mundo una gran imagen. Y nos regodeamos orgullosos….
Habiendo en Haro suficientes elementos culturales no somos capaces de dar una imagen que atraiga mínimamente a ese sector que no busca el fácil divertimento de lo cutre y ordinario.
Falta de visión por parte de nuestros gobernantes. Luego nos quejamos.
Los únicos que han sabido ver más allá, son las bodegas de la Estación, con iniciativas interesantes, que claro, hay que criticar, porque huyen de lo vulgar.
Hola Alberto Santos,
Pues resulta que hablando con mi yeron que es, y ejerce, de “Jarrero” me da una explicación que, sin estar de acuerdo en un principio, me ha gustado.
Dice que en la producción de vino siempre hay una parte que es de menor calidad ( me hablaba de vinos prensa, reprensa y más que no recuerdo). Este vino muy “inferior” (dicen) se puede mezclar con el original, parece que no mucha gente lo nota (no sé¿?), o bien separarlo y desprenderse de él de diferentes formas que parece ser que es lo que hacen las bodegas de calidad. Según esta teoría quien tira “lo malo” mejora lo que tiene… es de obvio.
Lo de no disfrutar bailando, cantando, bebiendo y comiendo es para hacérselo mirar… el 99% de la población lo hace, muy malo no será… según esa estadística tendría ustéd 10 personas en Haro con las que hacer un “Club de amigos contra la batalla”…. pero no serían suficientes ni para tres partidas de mus.
La inmensa mayoría de las bodegas de Haro no son población, son empresas, y se miden con distinta vara. Los empleados, trabajadores y algún directivo estaban en la batalla. Y, por cierto, mi yerno trabaja en una bodega de Haro que ha contribuido con 1.000 litros a la batalla… ha “tirado” lo malo para ofrecer a sus clientes lo selecto. Hasta en eso, dice, tienen clase los de Haro… me ha convencido.