Nublo y la vendimia riojana, en Madrid
El Club Matador fue el escenario de un encuentro excepcional. Restaurante Nublo se unió a cinco jóvenes viticultores de La Rioja para acercar el concepto de su cocina, así como sus raíces y las tradiciones de la región que han sido fundamentales en la elaboración de los vinos presentados. Un menú meticulosamente diseñado para la ocasión, compuesto por 15 pases, combinado con un maridaje de una cuidadosa selección de cinco vinos que representan a la perfección la singularidad de La Rioja.
El arte de cocinar como antaño, sin prisas, con una llama que acaricia los ingredientes y la imperiosa necesidad de volver a conectar con la naturaleza y la sostenibilidad. Bajo esta premisa, nacía Nublo en julio de 2021, con la firme intención de erigirse como un puente entre el pasado y el futuro. Ahora, a través de este encuentro excepcional, Nublo, junto con cinco jóvenes viticultores de La Rioja, se embarcó en un viaje desde sus raíces hasta el corazón de Madrid.
La tradición culinaria y la simplicidad son piezas clave en la cocina de Nublo, donde los ingredientes locales son tratados con el máximo respeto. Cada bocado es una celebración de la naturaleza, una muestra de que la excelencia culinaria y la sostenibilidad pueden coexistir armoniosamente. Nublo da vida a la visión de cocinar al fuego, una técnica ancestral que ha revolucionado su cocina. La madera es el alma de este proceso, ya sea en el horno de leña, en la parrilla o en su particular cocina económica. Esta última, basada en la esencialidad, prescinde de gas y electricidad, apostando por la autenticidad y la simplicidad en su máxima expresión.
El resultado se reflejó en un menú especial diseñado para la ocasión, compuesto por 15 pases -trece platos y dos postres-. Aunque la cocina de Nublo ofrece una propuesta que varía a diario para adaptarse a la estacionalidad del producto, todas sus recetas tienen en común una materia prima de gran calidad y una elaboración minimalista y austera que esconde procesos complejos en los que los sabores se desnudan como la patata chip ibérica; carabinero y lima quemada; ceremonia de pan y mantequilla; lubina con espinacas; o solomillo madurado en queso azul.
Además, Nublo rinde homenaje a la riqueza de su entorno, ubicado en la icónica localidad de Haro, reconocida a nivel internacional por sus vinos y por albergar el núcleo de bodegas centenarias más significativo del mundo. Este territorio es parte integral del ADN de Nublo y se refleja en su variada selección de vinos, que celebran la diversidad y singularidad de esta región vinícola. Para enriquecer aún más la experiencia, Nublo, junto con sus sumilleres Bryan Solórzano y Rodrigo Miguel, viajó con cinco jóvenes viticultores de La Rioja, quienes presentaron sus proyectos, compartieron sus historias y, sobre todo, destacaron cómo en pocos kilómetros esta región revela una sorprendente diversidad y personalidad a través de sus vinos.
El encuentro estuvo encabezado por un grupo de jóvenes viticultores comprometidos con la revitalización de la viticultura en los diversos pueblos de La Rioja. Óscar Alegre con Carra Sto Domingo 2021, Eduardo Eguren con Los Yelsones 2021, Miguel Merino con Miguel Merino Blanco 2022, Álvaro Loza con Álvaro Loza 2020 y Jose Gil con San Vicente 2021 lideran esta iniciativa, manteniendo un firme respeto por la singularidad de cada localidad y la arraigada tradición vitivinícola de generaciones pasadas. Además, se presentó el proyecto de Telmo Rodríguez, Lindes de Remelluri, de Viñedos de Salinillas de Buradón.
La magia de Nublo y la riqueza de La Rioja se fusionaron en este encuentro único. Es un testimonio del compromiso de Nublo con la sostenibilidad, la naturaleza y la pasión por la gastronomía y el vino. Esta ocasión especial celebró la diversidad de La Rioja y el talento emergente de los jóvenes viticultores, fortaleciendo los lazos entre la tradición y el futuro en el corazón de Madrid.
Sobre Miguel Caño
Natural de Haro, Miguel se formó en restaurantes de Inglaterra, Cataluña y el País Vasco, destacando su trayectoria en Mugaritz, donde fue jefe de cocina con tan solo 32 años. Su pasión por la gastronomía le viene de familia, ya que pertenece a la tercera generación de restauradores y mantiene la llama del negocio familiar en Nublo y Los Caños, asentados sobre el que era el negocio familiar. Se define a sí mismo como un cocinero artesano, al que le atraen los desafíos que, enamorado de su tierra, vuelve a casa para poner en práctica todo lo aprendido en cada bocado.