OPINIÓN | NO DEBEMOS OLVIDAR
Hace más de medio siglo que el Gobierno de España abandonó de forma unilateral cualquier responsabilidad sobre el territorio sahariano y, recientemente, pasa por alto las directrices de la inoperante Organización de las Naciones Unidas. Nunca se han explicado de forma conveniente las motivaciones “nacionales e internacionales” que llevaron a los sucesivos Gobiernos españoles a hacer caso omiso de sus obligaciones como “potencia descolonizadora” abandonando a los que eran “nuestros hermanos, ciudadanos españoles en aquella época” en manos de un régimen teocrático con ansias expansionistas que buscaba la formula de apropiarse, “por no decir robar” los recursos minerales y pesqueros abundantes en este Sahara Occidental.
La modificación del orden geopolítico internacional que se inició tras la caída del Muro de Berlín ocasionó la pérdida de la dicotomía URSS y USA como actores fundamentales del panorama político mundial para asistir a la creación de nuevos bloques reconstituidos. Uno de ellos, encabezado por una China autoritaria en lo político y autárquica en lo económico, con una estrategia comercial expansionista, y por una Rusia que abandonó el comunismo burocratizado, más fuerte en lo militar, pero que resiste las sanciones económicas internacionales ocasionadas tras su invasión de Ucrania.
Y un segundo gran bloque, encabezado por Estados Unidos, que asiste a una paulatina perdida de influencia en los países en desarrollo que en cierta manera ha ocasionado una polarización tanto interna como política externa. Esta deriva hacia un “liberalismo extremo”, que está alcanzando su máximo cenit con la toma de posesión del Donal Trump, se manifiesta en la presencia de una creciente crispación que resulta objetivable tanto en el interior de los países considerados de forma individual como en el contexto global mundial. Entre ambos aparece un tercer bloque integrado por las llamadas potencias emergentes (los BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán) que intentan constituirse como una plataforma independiente.
Por último, resulta preciso tener en cuenta la existencia de una comunidad europea que aún no sabe cual ha de ser su sitio y cual ha de ser su posicionamiento político y económico, aunque acepta las influencias y la intromisión del gobierno americano. Y, en el caso concreto de España es preciso tener en cuenta la existencia de un “descarado chantaje” que el Reino de Marruecos realiza con temas de inmigración y de excedentes alimentarios. Es este panorama geo-político el que explica la postura de Estados Unidos en la defensa sin limitaciones de “sus policías del Mediterráneo, Israel y Marruecos”.
Consecuencia de estas presiones fueron las “impresentables” posturas de los sucesivos gobiernos españoles “abandonando a su suerte” a los que son nuestros hermanos en manos de un imperialista Reino de Marruecos. La situación, tanto en Palestina como en el Sahara Occidental, resulta similar. Pueblos que prácticamente no pueden oponerse a los regímenes teocráticos, soportados por los Estados Unidos, que invaden sus territorios y se ven abandonados por una comunidad política internacional que “mira para otro lado” ante el genocidio que los israelitas están llevando a cabo en Palestina o la limpieza étnica que los marroquíes cometen en el Sahara. La realidad no es que Israel o Marruecos pretendan “defenderse de sus vecinos”, sino que intentan anexionarse unos territorios (y sus riquezas)que NUNCA les han pertenecido mediante un genocidio y la expulsión de sus verdaderos propietarios.
Las impresentables declaraciones del actual Presidente de los Estados Unidos en el sentido de que “los palestinos deben abandonar su tierra para que puedan ser colonizadas Gaza y la Cisjordania” deseando crear una zona israelita que recuerda la antigua Cuba organizada como el parque temático para los americanos ricos, ademas de resultar una intromisión inaceptable en asuntos que no son de su competencia pretende resulta una “carta blanca” a Netanyahu. Los israelitas no son los culpables, pero si su genocida gobierno. Es por todo ello por lo que no debemos olvidar, hemos de mantener el recuerdo y la memoria y, en los casos de Palestina y del Sahara Occidental no dejar que el “olvido” haga pasar a un segundo plano la situación de estos pueblos que de una forma injusta se ven atacados por los deseos expansionistas de verdaderos criminales de “lesa humanidad”.
En la reunión que hace poco tiempo mantuvimos la asociación de apoyo al Sahara Occidental (Eucoco, Lisboa, noviembre 2024) una de las fundamentales conclusiones fue la de que no debemos permitir que la sociedad “se olvide” de la situación en la que más de 200.000 saharauis sobreviven en la Hamada (desierto argelino) próxima a Tinduf o el resto de otros saharauis que malviven soportando la represión que sobre ellos practica el Gobierno del Reino de Marruecos. Por todo ello, como postura personal, deseo que nuestra sociedad, que ampliamente apoya tanto a la sociedad palestina como a la República Árabe Saharaui Democrática, exija a nuestro Gobierno que abandone su actual postura, defienda los intereses de “nuestros hermanos” y muestre su apoyo a la aceptación de dicha República Árabe Saharaui.
VIVA PALESTINA LIBRE
VIVA LA REPÚBLICA ÁRABE SAHARAUI DEMOCRÁTICA.
Julio Martínez Flórez
Partido Comunista de España en La Rioja