Bendita lluvia
Curioso es, llevamos demasiados años, cuando llegan las lluvias copiosas , la calle Arrabal se convierte en algo incómodo, desagradable y muy molesto. En la alguna reforma, en la plantilla de la empresa , no contaba con personal experto en topografía, y los técnicos municipales no se dieron cuenta. El agua no va a la calzada, más bien invade la acera en proporciones de alucina, ¡ Vecina ! No salir con los pies empapados es labor casi imposible. Aplicaron en la reforma, la máxima, que para abajo, hasta la mierda corre.
La empresa agraciada con el contrato no busco solución a posterior, el ayuntamiento mira a somontano. La ciudadanía paleta paga y calla.
Cuando habrá voluntad que ponga fin a la chapuza.
Yo les diré. ¡ Nunca ! Al pueblo música, pan y cugüetes con mucho ruido.