El compromiso que se adquiría al rebajar la acera para el acceso de vehículos a la lonja, era que una vez no se empleará para ese uso, el propietario de la lonja estaba obligado a su recuperación y dejar las cosas como las encontró.
Es un peligro el ir andando tranquilamente y un rebaje de la superficie de la acera te haga trastabillar incluso caerte. Hay algunos que son abismos.
El gobierno del chorrasmasda pasa como en todo.
Queremos que las aceras no sean como una pista americana de obstáculos, que vuelvan a su original estado y si los concejales tripartitenses no son capaces de mejorar el pueblo, que se vayan a casa.
Exceptuando al concejal hombre de calle, con su donosura y portento ilumina nuestro cada vez más, grisáceo pueblo.