¡Cielos santo qué horror, quería decir qué error! Me encanta el esfuerzo de la alcaldesa por ilusionar a la gente, por llamarlos se asomen a los balcones decorados de luz y color, es una nueva época. Dejamos atrás la dejadez, el todo me da igual, la postura de Rita la Cantaora en su dulce embeleso por la petenera. El mensaje claramente es otro, ilusionante y magnifico. Perdamos de vista los daguerrotipos, los aguafuertes desentonados y tristes, la melancolía decadente. Estoy a acuerdo con su esfuerzo y aplaudo hasta con las orejas.
Bajemos al mundo real, los adornos son un desafió a los tontos del gamberrismo desconsiderado, , a los extremistas, y los que no saben beber y menos divertirse. Los adornos están bajos, demasiado bajos, es un reto a los de siempre, de larga maldad y escasa inteligencia
La idea es preciosa, pero es necesario dotarlos de más altura, para que los enanos del razonamiento no lleguen en su vileza para destrozarlos.
Mi opinión.